El 8 de junio es el lanzamiento oficial del nuevo álbum de la estrella latina
Se le ha comparado con Paul McCartney y con Bob Marley, aunque a decir verdad el peso de la obra y logros de Juan Luis Guerra, de manera individual, ya ha dejado su propio impacto en la historia musical del mundo, lo que lo ha llevado a vender más de 20 millones de discos.
A los 8 años ya había compuesto sus primeros temas y desde entonces comenzó a interpretarlas en las reuniones de familia y la escuela. “Creo que la música es un regalo que Dios me dio desde muy pequeño y que me ha acompañado desde siempre”, diría después. Un regalo que él fue puliendo con estudios y empeño, pues no conforme con su habilidad natural, estudió música en el Conservatorio Nacional de República Dominicana, Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y composición y jazz en la institución de música contemporánea más grande del mundo, el Berklee College of Music, en Boston.
A principios de los 80’s regresó a su República Dominicana natal, en donde tras hacer jingles para anuncios publicitarios, formó su propia agrupación: 4:40, junto a Maridalia Hernández, Mariela Mercado y Roger Zayas-Bazán. Por esa época, cuando la fama y el reconocimiento se veían aún como un sueño lejano, los cuatro amigos recorrían las calles de Santo Domingo metidos en un Volkswagen escarabajo con la esperanza de escuchar en la radio que alguna emisora tocara una de sus canciones. Así comenzaron a escuchar los temas de sus tres primeros álbumes: Soplando, Mudanza y Acarreo y Mientras Más Lo Pienso… Tú.
Sin embargo, el momento de apoderarse por completo de las radios no llegaría hasta en 1989, con el álbum “Ojala Que Llueva Café”, una especie de plegaria musical en la que una lírica majestuosa, acompañada de ritmos alegres y frondosos, pide una bendición para la tierra y sus cultivos. Este fue, por cierto, el primer disco en el que Juan Luis Guerra se presentó como solista.
Encontrada la clave perfecta para el gusto musical, Guerra comenzó a disparar un éxito tras otro. En 1990, su álbum Bachata Rosa se convirtió en el amo y señor de las listas de preferencia radial, gracias a inolvidables temas como: “La Bilirrubina”, “Rosalía”, “Burbujas De Amor”… La combinación de bachata con jazz, música pop, merengue y otros ritmos hizo que el disco no sólo vendiera más de 5 millones de copias, también que su compositor e intérprete obtuviera su primer Premio Grammy.
De la mano del éxito, el cantautor asumió un fuerte compromiso con lo que ha llegado a ser una especie de lema profesional: la originalidad. “A veces me toma dos años o hasta seis componer un disco. Lo importante no es el tiempo, sino poder renovarse”, revela el artista. “Cada vez que entro a un estudio intento presentar una nueva propuesta, con un sonido diferente, innovador.”
Efectivamente, ningún CD de Juan Luis Guerra se parece ni remotamente a otro. Por eso del júbilo que caracterizó Bachata Rosa, dio un giro hacia la nostalgia en su siguiente CD (Areíto en 1992), en donde incluyó el tema “Cuando Te Beso” en dos versiones: una acompañado por la Orquesta Filarmónica de Nueva York y otra por el American Boy Choir. Con la misma agilidad se renovó en 1994, cuando presentó Fogaraté, CD en el que fusionó merengue folclórico con soukus sudafricano y, en Ni es lo mismo ni es igual (1998) combinó el merengue con el rap mientras que, en Para ti (2004) se introdujo en la música cristiana.
Otra constante que se ha estampado en las producciones de Guerra, es su interés por los problemas sociales, políticos y hasta espirituales que aquejan al mundo. “Lo que ocurre en el mundo me afecta fuertemente”, indica. “De manera que hablar de lo que relatarlo a través de mis canciones, se ha convertido en una poderosa necesidad. Siempre he dicho que las canciones no cambian lo que ocurre, pero si cambian a quienes las escuchan.”
En el año 2007 presentó su décimo disco La llave de mi corazón, álbum que catalogó como “el más romántico” de toda su carrera. En él también incursionó en el idioma inglés por partida doble, pues incluyó dos temas en ese idioma: “Something Good" (a dúo con la vocalista italiana Chiara Chivello) y "Medicine For My Soul" (versión en inglés de "La Llave De Mi Corazón"). Ese mismo año la Asociación Latina de Periodistas de Entretenimiento de EE.UU., lo nombró como “La Estrella más Brillante” que le tocó entrevistar a sus miembros en ese ciclo.
Los reconocimientos y premios no son ajenos en la fructífera carrera de este artista, quien ha ganado 9 Grammys Latinos, 2 Premios Grammy y 10 Premios Billboard. Así mismo, la Academia Latina de la Grabación (LARAS) lo nombró Persona del Año en el 2007, mientras que el Senado de República Dominicana lo nombró “Cantautor de la Patria”. Sólo un año después la Revista Billboard lo reconoció por su incansable labor social y filantrópica al otorgarle el Premio Espíritu de la Esperanza.
En la primavera del 2010 Juan Luis Guerra estrena su disco No. 11: “Asondeguerra”, en el cual como ya es su tradición, funge como productor de la entera colección de depurados temas románticos intercalados con canciones de fe y un agudo mensaje social y espiritual. “En éste, como en todos mis discos”, comenta, “sólo busco una cosa: la excelencia musical”.
El disco reúne la colaboración de dos grandes genios de la música del momento. Por un lado está “La Calle”, un rock-reggae con toques de cumbia en la que participa Juanes, y “Lola’s Mambo”, tema Big Band dedicado a la perrita Lola del cantautor, y que se ilumina con el aporte del famoso trompetista de jazz Chris Botti.
En Asondeguerra, trae varias canciones de corte social, como “La Guagua”, un son ripiado con rap y guaracha en el que, recurriendo al humor negro, se critica las fallas del sistema social en el que vivimos. Mientras que en “Apaga y Vámonos”, es un merengue impregnado con una fuerte carga social, en el que se presenta una reflexión sobre el poder de la integridad personal.
Fiel a los ritmos dominicanos, Guerra incluye “Bachata en Fukuoka”, que es el testimonio musical de su viaje a Japón y la reacción de los habitantes de la isla nipona a su música, así como sus impresiones respecto al país.
El álbum también presenta un tema romántico (Mi Bendición), seguramente inspirado en su musa Nora Vega, su esposa por más de 25 años; un himno espiritual “Son Al Rey”, basado en el Salmo 103 y una alegre salsa con un poderoso mensaje de reflexión “Arregla los Papeles”.
En este CD nuevamente Guerra incluye una canción en inglés: Caribbean Blues y, fiel enamorado de su tierra natal, también pinta un paisaje musical dominicano “Cayo Arena”, inspirado en un pequeño pero muy popular cayo de su país.
Justo cuando terminaba la producción de Asondeguerra, el prodigioso músico, se entregó a la titánica labor de organizar el concierto “Un canto de esperanza por Haití”, con algunos de sus colegas más famosos para ayudar a los damnificados de ese país. El evento fue un éxito rotundo, como exitosa también fue su primera e histórica participación en el Festival de Jazz de Nueva Orleans, pocos días después. Sin embargo, al hacer un recuento de todas sus conquistas, él no se deslumbra y simplemente afirma: “Cada día es un nuevo comienzo, y siempre pienso que lo mejor aún está por venir”.
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